Chiquinquirá mi ciudad, otra caricatura de lo que pasa en el resto del país, una mirada a las nubes, donde aparentemente nunca pasa nada y sus casi 90.000 habitantes se les ve ir y venir sin que nada emocionante les pase, mas sin embargo y como sucede en todas partes, si miramos de cerca, encontramos un municipio agitado por su gente: en las cafeterías, en sus parques, por las calles, en sus barrios, los vecinos, mis padres, mis hermanos.
Chiquinquirá mi ciudad al principio fue un caserío y asentamiento indígena de los Chiquinquiraes, muy pequeño pero sin prospecto, sin identidad, sin proyección; pero el destino le amparo un milagro, un cuadro que representaba a la virgen María, se renovó de forma pasmosa a María Ramos, a partir de ese momento empezó a llegar personas de muchos lugares, donde construyeron sus casas, y le dieron vida a la ciudad.
Chiquinquirá es una ciudad de milagro, visitada por turistas de todo el país incluso de todo el mundo; limita con Santander y Cundinamarca, es cabecera municipal, ubicada en el occidente de Boyacá en donde se encuentran las minas de esmeraldas más hermosas del mundo.
Su actividad económica se basa principalmente en la agricultura, de donde las formas de comunicación no han variado mucho, con vos potente y a pleno grito de finca a finca se comunican, (la mejor explicación la encontramos en la introducción de la canción de Jorge Velosa “yo también soy un boyaco”),
allí también llega la frecuencia de varias emisoras locales. En la ciudad como toda ciudad del centro del país, salir a tomar tinto y de paso tratar de arreglar el país es su fuerte;
no obstante es frecuente la llegada de turistas, ya sea a visitar el lienzo milagroso, o algún festival de tradición cultural: podemos hablar del concurso de la Guitarra de plata campesina, el cual para mi es el evento más importante, donde se rescata la música Carranguera, patrimonio de todos los boyacenses;
de igual manera tenemos el festival nacional de la Guabina, importante evento donde se rescata la tradición dancística del municipio; por otro lado celebramos el festival internacional de la cultura: donde se importa tradiciones culturales colombianos incluso de otros países, evidenciándose un proceso de interculturalidad. El encuentro nacional de escritores, es otra forma de enriquecimiento cultural en mi ciudad.
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